Ninguna mujer había corrido (estaba prohibido) oficialmente la maratón de Boston.
En
el otoño norteamericano de 1966, Kathrine Switzer le comenta a su coach
Arnie Briggs (un maratonista de 50 años), sus ganas de participar en la
nueva edición de la Boston Marathon. Kathrine entrenaba en el equipo
masculino de Cross Country de la Universidad de Siracusa, dado que no existían equipos femeninos intercolegiales en esos tiempos.
Arnie le dice que no cree que una mujer haya sido capaz de correr 26.2
millas, más allá de la publicidad que rondaba, pero que si ella
entrenaba como para hacerlo, la acompañaría. Kathy entrenó duro, y en
Marzo de 1967 solicitaron los formularios. En ningún lugar se
especificaba el sexo, y Kathy llenó con sus iniciales los espacios en
blanco en donde irían sus nombres: K.V. Switzer. Pagaron los 3 dólares
(era el costo por inscripción en ese entonces), y enviaron los papeles
de inscripción. Durante las primeras millas nada ocurrió. Junto a ellos también
corría Tom, el novio de Kathy.
Luego de recorridas las dos primeras
millas, un camión de medios delató la presencia de Katherine. Jock
Semple, el Co-director del Maratón, se volvió furioso cuando vio a
Kathy, y se abalanzó sobre ella gritándole -“Get out of my race…!!!”-
(-“Fuera de mi carrera…!!!”-) Tom, el novio de Kathy, con un físico más
de rugbier que de maratonista, lo empujó derribando a Semple hacia un
costado. Los fotógrafos documentaron ese momento, que recorrió el mundo
entero. Kathy terminó su primer y accidentada maratón en 04:20, pero
había marcado un precedente.